Cuando se contempla caer la nieve, uno se da cuenta de que, a pesar de su lentitud pasmosa, en unos pocos minutos, siempre y cuando exista la temperatura adecuada, es capaz de cubrir todo el suelo de blanco.
Quizá si trasladáramos esta reflexión a nuestras vidas podríamos decir que cuando realizamos las cosas de manera pausada, y si las condiciones son las adecuadas, en poco tiempo conseguimos nuestros objetivos.
La paciencia es una gran generadora de bienestar, siempre y cuando los elementos de alrededor sean propicios.
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